No hubo, en la jornada electoral, sorpresas ni sorprendidos. Aunque admito que erré al pronosticar una participación ciudadana del 15%, con relación a la lista nominal de 2 millones 737 mil 354 electores –el enlistado en casillas (aprobadas) fue mayor por 2 mil 881--, ya que, de acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) fue del 21.6265, en tanto el abstencionismo se ubicó en un (escandaloso) 78.3735 por ciento.  

En números redondos se registraron 581 mil 392 sufragios, incluyendo los (717) emitidos en el extranjero.  

+ 414 mil 527 en favor de José Ramón Gómez Leal (‘JR’), abanderado de la coalición ‘Juntos hacemos historia’;  

+ 128 mil 733 por Imelda Margarita Sanmiguel Sánchez, postulada por la alianza ‘Va por Tamaulipas’;  

+ 22 mil 684 apoyaron al candidato del PVEM, Manuel Muñoz Cano;  

+ 464 fueron para candidatos no registrados; y  

+ 14 mil 984 fueron anulados.  

Difícilmente habría impugnaciones, ante el Instituto Nacional Electoral (INE), por parte de Manuel, pues la ventaja de su contrincante reynosense es clara --pese a la escasa participación ciudadana--, como él mismo lo ha reconocido.  

Pero sí objetará el proceso la abanderada panista, argumentando que hubo una serie de irregularidades como la coacción del voto a beneficiados con programas sociales, intervención del crimen organizado y participación de los servidores de la nación para orientar el voto de la burocracia.  

Lo cierto es que Tamaulipas ya tiene senador sustituto (por el principio de mayoría relativa).  

No obstante, las cifras obtenidas exhiben un marcado desinterés de la mayoría ciudadana en el desarrollo democrático del estado, al permitir que fuera la minoría quien decidiera por ella.  

Corresponsables del desánimo participativo, son:  

a) Los partidos políticos involucrados en la justa; y  

b) El Instituto Nacional Electoral (INE).  

Se lo comento porque hay ciudadanos que ‘ni por enterados se dieron’ del proceso electoral, ante la falta de promoción del voto que por ley deben atender unos y otros, acatando las disposiciones de la Constitución Política de México, Ley General de Partidos Políticos, Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, y la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública.  

Las campañas de la asociación PAN-PRI-PRD y del PVEM, carecieron de penetración, al realizarse más por ‘aire’ que por tierra --es decir a través de las redes sociales-, porque los candidatos no gastaron las prerrogativas que el INE les entregó a sus dirigentes partidistas nacionales, aunque debo aclarar que la abanderada albiceleste sí contaba con dinero público para al menos invertirlo en su proselitismo sin rebasar el tope; mientras el verde se tuvo que aguantar las ganas de promocionarse ampliamente por la entidad, ante la falta de capital financiero.  

En cambio, ‘JR’ recorrió varias veces los 43 municipios del estado, por lo que ha sido cuestionado, pero el gasto lo comprobará la Unidad Técnica de Fiscalización del INE, hasta donde entiendo, tras cruzar su rendición de cuentas con los reportes de los verificadores oficiales, donde se consiga la cantidad de artículos promocionales, renta de equipo de sonido, vehículos, combustible, salarios a los equipos de campaña, renta de espacios para la concentración pública, hospedaje y alimentación, entre otros.  

Ahí también se incluye el número de eventos y el pago a los grupos, o cantantes que amenizaron las concentraciones y cierres de campaña.  

Aquí debo precisar que:  

1) La jornada electoral fue desangelada, por la baja participación;  

2) No hubo, repito, sorpresas ni sorprendidos;  

3) El lópezobradorismo refrendó su arrastre;  

4) Muñoz Cano, perdiendo ganó, pues incrementó su popularidad; y  

5) Tanto el PAN como el PRI y el PRD, confirmaron su caída libre…  

Lo más decepcionante, sin embargo, fue el ausentismo.  

No únicamente por parte del electorado, sino también de funcionarios de casilla y representantes partidistas.  

Entonces, ¿cómo hablar de un avance en la democracia participativa?  

Correo: jusam_gg@hotmail.com

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.